Coordenadas Políticas/Martín Aguilar/La corrupción hace al ladrón

Aunque oficialmente la sigló el PRI, Alfa González fue la carta del PRD en la alianza opositora para ganar Tlalpan en 2021, y hacerse de un territorio que a Los Chuchos —corriente dominante del sol azteca— les representó un oasis económico y político.

 

Apenas confirmada Alfa como alcaldesa, Jesús Zambrano y su camarilla se apoderaron de las áreas más importantes, como la Dirección General Jurídica y Gobierno, que les aseguraba jugosas ganancias.

 

A fin de garantizar el flujo de recursos, Los Chuchos impusieron en esa área —la número dos del gobierno— a Aurelio Alfredo Reyes García, un viejo operador financiero que ya les había dado resultados en la alcaldía Iztacalco, y después en el área de Finanzas del PRD capitalino.

 

Desde esa posición, Reyes García les empezó a reportar jugosas ganancias, en detrimento de la imagen de la alcaldía, pues los habitantes de Tlalpan creían que eran órdenes de la alcaldesa exprimir al máximo a comerciantes establecidos y en vía pública.

 

Ese grupo perredista se dedicó a llenar sus carteras. Creían que el triunfo obtenido en 2021 representaba el declive de Morena, y que al menos repetirían tres años más en esa alcaldía, amén de recuperar otras; eso no ocurrió.

 

No sólo perdieron Tlalpan, sino hasta su registro como partido nacional, lo que impidió que el propio Zambrano y su paje Ángel Ávila pudieran cumplir su sueño de ser senador y diputado, respectivamente, pues al quedar sin registro, al PRD no le tocó ninguna plurinominal.

 

Más que Alfa, quienes perdieron la alcaldía fueron Los Chuchos. Varias voces advertían a Reyes García que dejara de exigir cuotas a los tlalpenses, pues había mucha molestia y los votantes se las podrían cobrar en las urnas.

 

Pero el funcionario argumentaba que Zambrano era intransigente con su mesada y había que cumplirle. Esa misma chamba la había hecho para él tanto en Iztacalco como en el PRD capitalino, cuyas finanzas dejó deshechas antes de irse a Tlalpan.

 

Los temores de quienes le recomendaran pausar el cobro de moches se confirmaron en la elección del 2 de junio, donde, incluso hubo candidatos a diputados de la alianza que obtuvieron más votos que la propia Alfa, lo que habla de una diferenciación.

 

Es decir, muchos apoyaron a la oposición para otros cargos, pero no para la alcaldía, lo que les generó una estrepitosa derrota. Por su parte, Morena recuperó una vez más la alcaldía más simbólica para Claudia Sheinbaum, pues es vecina de ahí.

 

La triunfadora fue la exdiputada Gabriela Osorio. Pero no por que hubiera sido gran candidata o que Alfa haya sido tan mala, sino por las rapacerías del equipo que llegó sólo a enriquecerse, por lo que fueron echados.

 

Por supuesto que influyó la operación de Estado de los morenistas para la compra y coacción del voto, pues con lista en mano fueron por cada votante a sus casas. Pero el desquiciado saqueo de las arcas oficiales y no oficiales fue la verdadera razón por la que perdieron.

 

Ahora Los Chuchos van por el dinero del PRD capitalino. 


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