Gabriel Zendejas
Pese a los saqueos a una tienda de venta de trajes, algunos destrozos al inmobiliario de la ciudad, y conatos de incendio en locales comerciales, el gobierno de la CDMX a través de la Secretaria de Seguridad Ciudadana (SSC) dijo que se trató de una movilización pasifica.
Para garantizar la libertad de manifestación, la seguridad e integridad de manifestantes, el Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, instruyó a ambas dependencias a la implementación de un operativo de seguimiento al desarrollo de la marcha.
En el dispositivo participaron más de 500 servidores públicos, entre ellos personal de Concertación Política y de la Brigada Diálogo y Convivencia, a efecto de establecer acuerdos y privilegiar el diálogo en caso de registrarse algún conflicto durante el trayecto.
También, hubo acompañamiento de integrantes de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM).
Asimismo, fueron desplegados 500 elementos de la Policía capitalina. En tanto, 200 efectivos de la Subsecretaría de Control de Tránsito apoyados con 26 unidades, 15 motos y tres grúas, agilizaron el flujo vial a lo largo del recorrido.
Por su parte, el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) puso a disposición cinco paramédicos, una ambulancia y dos motoambulancias. No hubo personas lesionadas.
Cabe señalar que, durante la ruta, un grupo minoritario de 100 personas con el rostro cubierto y ajenas a la organización de la marcha, realizaron pintas y ocasionaron daños al mobiliario urbano, fachadas e instalaciones de diversos negocios privados y algunas estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro y Metrobús.
El Gobierno capitalino refrenda el derecho a la libre manifestación, a la vez que expresa su apoyo a la lucha emprendida por madres y padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, en busca de la verdad y la justicia.
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