No hagas cosas buenas que parezcan malas, reza un refrán mexicano que bien podría aplicar a la Secretaría de Obras de la capital, cuyo programa para tapar los baches en la ciudad causa ya malestar en las alcaldías.
Y es que dicen que con el llamado Bachetón, puesto en marcha por Clarita Brugada el mes pasado, Raúl Basulto, titular de esa secretaría, se ha querido despachar con la cuchara grande en lo referente a la asignación de los millonarios contratos.
No es que la intención de las autoridades capitalinas sea mala, desde luego, pues las calles de la ciudad son un asco desde la administración anterior, y claro que urge que les metan la mano.
Pero una cosa es meter la mano y otra muy distinta que le quieran clavar la uña, sobre todo porque se calcula que son cerca de seis mil millones de pesos los que se invertirán en las mil 387 colonias de la capital.
El principal problema, aseguran los alcaldes, es que Basulto acapare los contratos para beneficiar a empresas amigas, no sólo en las vialidades primarias —responsabilidad del gobierno central—, sino en las secundarias, que están a cargo de las alcaldías.
Parece que el secretario de Obras olvida que sus atribuciones llegan hasta avenidas y calzadas principales, y que las calles de las colonias y barrios son responsabilidad de cada alcalde.
A finales de octubre, Clarita echó a andar un programa de bacheo y repavimentación en colonias como Pedregal de Santa Úrsula, en Coyoacán; Moctezuma, en Venustiano Carranza; San Pedro Xalpa, en Azcapotzalco; Vicente Guerrero, en Iztapalapa, y Ramos Millán, en Iztacalco.
¿Y qué habría de malo en que el gobierno central quiera reparar los baches de toda la ciudad, se preguntarán los ciudadanos? Pues nada, solamente que, en su intento de controlar los contratos, Basulto invade funciones.
Alcaldes de todos los partidos, incluyendo los de Morena, aseguran que las decisiones del centro podrían afectar no sólo el presupuesto de cada demarcación, sino el modelo de los presupuestos participativos, donde intervienen los habitantes de barrios, colonias y unidades habitacionales.
A principios de año, Raulito se hizo famoso como titular de Obras en Iztapalapa, pues fue acusado de favorecer a constructores afines —incluso se llegó a mencionar que algunos eran sus socios— en la edificación de las ocho Utopías que tanto ha presumido Clarita.
En un principio, los alcaldes se sumaron gustosos a la idea de la jefa de Gobierno de armar un Bachetón en sus territorios, pero ahora que ven que Basulto se está pasando de rosca, buscan ponerle freno a su ambición, pues ya les está afectando.
Total, la Secretaría de Obras será la encargada de operar la construcción de cien Utopías más durante el sexenio, que representan una millonada. Seguro la intención es buena, pero como dice otro refrán: crea fama y échate a dormir.
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