Martín Aguilar
En las muestras del mapeo de los suelos de la Ciudad de México se recuperaron 4 mil 553 ejemplares de animales del suelo clasificados en 28 órdenes, en donde el grupo más diverso fue el de los artrópodos, con los ácaros y los coleópteros como dominantes.
En términos del tipo de suelo al que están asociados los animales en el suelo de conservación de Ciudad de México, ya sea forestal o agrícola, se encontró que la mayor abundancia estuvo resguardada en este último.
El número de ejemplares encontrados en el suelo forestal fue de 140 (6 %) en el agrícola alcanzó 2 mil 194 (94 %). Mientras que la diversidad de morfoespecies en el suelo forestal es de 44 % (72), y en el agrícola del 56 % (90).
Para el investigador Roberto Garibay Orijel, del Instituto de Biología (IB) de la UNAM y líder del proyecto, que mapeo el suelo del país para elaborar un gran Atlas de la Biodiversidad, señaló que con el estudio se concluyó que hay un total de 16 mil 997 especies animales asociadas a los suelos de México.
Los estados donde existe mayor diversidad son Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Jalisco, Guerrero, Puebla, Morelos y Estado de México, con más de 2 mil 200.
El especialista informó que la investigación del Atlas de la Biodiversidad de los Suelos, específicamente en Ciudad de México, inició tras la firma de un convenio con la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, para que sus técnicos, propietarios de terrenos y personal de la UNAM estuvieran capacitados en el estudio de los suelos y su biodiversidad.
"En cada sitio de estudio escogemos un área de 50 por 50 metros, suficiente para representar lo que pasa en ese sistema. Puede ser de una plantación de maíz, milpa, pastizal o bosque. Posteriormente se toman núcleos de suelo, es decir, unos tubos de PVC de 5 centímetros de diámetro y 10 de profundidad, se hacen 40 hoyos y ese suelo que se obtiene se vacía en un recipiente, se revuelve y se preserva para los análisis".
El suelo recolectado llega a los laboratorios del Instituto de Biología para separar la fauna y extraer DNA; en otros laboratorios de la UNAM se encargan de estudiar sus propiedades fisicoquímicas.
En la Gaceta UNAM se publicó la investigación a cargo de 77 expertos de 40 entidades nacionales, entre ellas la Facultad de Ciencias, la FES Iztacala y los Institutos de Biología y Ecología, Garibay Orijel expuso que la investigación surgió con la intención de complementar el esfuerzo institucional que la Universidad Nacional hace para estudiar la biodiversidad y las funciones de los suelos de conservación, agrícola y forestal del país.
También resaltó que mantener la diversidad del suelo ayuda a que las plantas no se enfermen con patógenos o parásitos, debido a que cuando hay mucha biodiversidad hay un equilibrio y los patógenos no se vuelven dominantes.
Por lo que señaló: "si dejamos de usar agroquímicos y hacemos una transición hacia una agricultura con fertilizantes y pesticidas orgánicos, así como prácticas que conservan la materia orgánica y la biodiversidad de los suelos, se podrán producir alimentos de una forma más sustentable, que no los degraden ni contaminen", refiere.
El equipo de investigadores, a través del Programa Universitario de Estudios Interdisciplinarios del Suelo (PUEIS), realizó el mapeo en México y brinda resultados preliminares, con el objetivo de plasmar sus conclusiones en un Atlas de la Biodiversidad de los Suelos de México.
El investigador del Instituto de Biología manifestó que la biodiversidad del suelo es fundamental para la generación de procesos que sustentan la vida en el planeta, comprender y mejorar la funcionalidad de los ecosistemas y agroecosistemas, optimizar la producción agrícola, proteger el medio ambiente y entender los impactos de las actividades humanas en este recurso.
Hasta el momento se tienen muestras de 200 sitios de 25 estados de la República; quedan por estudiar Guerrero, Michoacán, Jalisco, Tamaulipas, Sonora, Baja California y Baja California Sur, indicó.
"El país tiene 32 estados, eso significa que si logramos tener 300 sitios en tres años, son alrededor de 10 por estado; sin embargo, hay entidades más grandes como Durango o Chihuahua, por lo que será necesaria una segunda fase del proyecto para ampliar el muestreo", resaltó el especialista universitario.
Según el experto al menos la mitad de la biodiversidad de los ecosistemas terrestres está en el suelo, sin tomar en cuenta el mar. Pero "no estamos acostumbrados a estudiarla ni a verla, porque son organismos pequeños, animales que van desde los milímetros hasta las micras o de bacterias que tienen una o dos micras y hongos microscópicos".
Dentro de la gran diversidad de animales que habitan los suelos se encuentran los ositos de agua, nematodos, protozoos, ácaros, colémbolos, ciempiés, arañas, escarabajos, grillos, caracoles, topos, ratones, marmotas y conejos, entre otros.
El investigador precisa que el proyecto está dividido en tres secciones: investigación: el objetivo inicial es explorar la diversidad de hongos, bacterias y fauna del territorio mexicano, analizar los factores ambientales y sociológicos que influyen en su distribución, así como las funciones del suelo.
Docencia: se busca fortalecer la enseñanza respecto al conocimiento e investigación del suelo y su biodiversidad en todos los niveles educativos de la UNAM, desde preparatoria hasta posgrado. Vinculación: la finalidad es trabajar con autoridades de los gobiernos locales, estatales y federales para proporcionarles información útil en la toma de decisiones sobre el uso de los suelos.
Respecto a Ciudad de México se tienen 72 sitios muestreados en áreas verdes, y con ello se determinó que hay 46 mil especies de bacterias diferentes en once alcaldías: Tlalpan, Milpa Alta, Tláhuac, Xochimilco, Álvaro Obregón, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc y Gustavo Madero.
Se identificaron 62 filabacterianos, que a su vez se dividen en 406 órdenes. Específicamente, los órdenes Rhizobiales (8.4 %), Burkholderiales (6 %) y Vicinamibacterales (4.1 %) mostraron ser los más abundantes.
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