Martín Aguilar
Dos de cada 3 predios del Centro Histórico tienen uso mixto, es decir, son viviendas compartidas con comercios u oficinas, por lo que solo la tercera parte tiene uso habitacional exclusivo.
A pesar de que el repoblamiento del Centro Histórico se ha postulado desde hace varios años como una de las principales metas del Plan Integral de Manejo del CH, este objetivo está todavía lejos de alcanzarse.
Datos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México (Seduvi), se estima que actualmente de los 9 178 predios que integran el Centro Histórico en los perímetros A y B, un total de 2 402 tienen uso habitacional exclusivo, mientras que 5 814 predios son de uso mixto; es decir, poco más del 63% son viviendas compartidas con comercios u oficinas.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en el perímetro A del Centro Histórico hay un total de 9647 viviendas, con una población de 29 218 habitantes, lo que representa un promedio de ocupación de tres habitantes por vivienda.
A su vez, en el perímetro B se contabilizan 40551 viviendas y una población de 115 922 habitantes, es decir, 2.8 ocupantes por vivienda.
Conforme a su distribución territorial, las franjas norte y sur, principalmente en el perímetro B concentran la mayor parte de la vivienda, según datos del INEGI.
Por su parte, entre 2019 y 2021 el Instituto de Vivienda de la Ciudad de México (INVI) identificó 51 inmuebles en situación de riesgo, de los cuales 36 se encuentran catalogados como inmuebles patrimoniales. Es fundamental contar con información actualizada sobre la situación de la vivienda en sus aspectos normativos y estado físico, para programar acciones y obras, y trazar las rutas específicas de gestión en concurrencia con las autoridades correspondientes.
Según el Plan Integral de Manejo del Centro Histórico 2023-2028, el repoblamiento se ha postulado por varios años como el tema principal para el diseño de las intervenciones inmobiliarias que deben privilegiar la vivienda social, mediante esquemas de financiamiento, cuyo componente adicional es el mejoramiento del entorno urbano.
El 22 de enero del año 2007, con un diagnóstico claro de lo que se requería para enfrentar los retos y dar solución a la problemática que se vivía en el Centro Histórico (ch), a fin de avanzar en su consolidación como una de las ciudades antiguas vivas más grandes del mundo y como un espacio de igualdad en donde conviven sus habitantes, visitantes, trabajadores y quienes realizan actividades comerciales y económicas en él, se creó la Autoridad del Centro Histórico (ach) como un organismo encargado de articular a las diferentes dependencias gubernamentales locales y federales involucradas en la gestión del espacio y la comunidad que se desenvuelve en él.
Además, se mantuvo el Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México (fch), creado en diciembre de 1990, como coadyuvante en la ejecución de proyectos; la gestión de recursos públicos locales, federales y de promoción de la participación ciudadana; la difusión y promoción del patrimonio e impulso a la actividad cultural; la cooperación con la iniciativa privada; el financiamiento de obras y la concertación entre agentes del sector privado.
El Plan Integral de Manejo surge entonces como la respuesta para organizar acciones, programas y proyectos a fin de fortalecer la calidad del espacio público, la habitabilidad, nuevas formas de movilidad y accesibilidad; potenciar la participación ciudadana; orientar la actividad económica; mejorar la calidad de vida de las personas, y proteger, conservar, rescatar y restaurar el patrimonio histórico y cultural. En síntesis, es un instrumento de gestión a cargo de la Autoridad del Centro Histórico que busca vincular obras, inversiones, gobernabilidad y reactivación cultural y económica
El Plan Integral de Manejo del Centro Histórico de la Ciudad de México 2023-2028 establece diversos aspectos en materia de habitabilidad, para atender el rezago habitacional en esta zona, crear una oferta asequible, además de considerar la dotación de servicios de agua potable, drenaje, alumbrado, mejoramiento y renovación del parque habitacional existente.
Asimismo, destaca la importancia de desarrollar estrategias para la renovación urbana relacionada con la ocupación de establecimientos comerciales en inmuebles que anteriormente eran vivienda, cuyo principal efecto es el incremento de los precios de suelo y el gradual desplazamiento de la población que encuentra opciones habitacionales accesibles en otras zonas de la ciudad.
Entre las estrategias que propone para atender este rezago, el Plan de Manejo Integral del CH señala la actualización normativa, dirigida a generar directrices y actualizar los criterios técnicos entre las instancias competentes en la materia habitacional, para fortalecer la coordinación interinstitucional y atender las situaciones específicas con un marco de referencia común.
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