Rebeca Marín
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), México se encuentra entre los países de la región que menos invierten en investigaciones médicas con 0.67 dólares por cada 100 mil habitantes, debajo del promedio de naciones como Colombia, Chile y Brasil que tienen el mismo índice de desarrollo humano y apenas por encima de Nicaragua, Venezuela y Haití.
Según la OMS, nuestro país cuenta con una comunidad científica médica productiva, pero no suficiente para los requerimientos de la población. Además, enfrenta un agudo problema de financiamiento y la centralización de la investigación en la capital del país. "Aunque son indudables los avances en los últimos 20 años, la localización geográfica de los investigadores sigue siendo desigual y el presupuesto insuficiente", considera la OMS.
Este año, los 24 centros públicos de investigación, dependientes de la recién creada Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI), antes Conacyt, sufrieron un recorte de 849 millones 279 mil 816 pesos en su presupuesto, con respecto al Presupuesto de Egresos de la Federación de 2024, lo que ha implicado la interrupción de investigaciones, así como la falta de mantenimiento al equipo e instalaciones. También afecta en la formación de nuevos científicos, de acuerdo con la OMS.
Para Rosina Sánchez Thomas, quien es investigadora sobre enfermedades cerebro-vasculares en el Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UNAM, "se hace lo que se puede con lo que se tiene". En entrevista con El Sol de México es tajante en afirmar que el financiamiento es el principal problema al que se enfrentan los científicos en el país.
"La mayoría no podemos ser investigadores de tiempo completo porque tenemos que buscar otra forma de subsistir, yo, por ejemplo, doy clases en la Facultad de Ciencias".
Agregó que la investigación médica en México se centra en las enfermedades que provocan más muertes como la diabetes y obesidad, dejando poco margen a la exploración de nuevas áreas.
"Nos guste o no, seguimos siendo un país en desarrollo y hay áreas que el gobierno tiene que solventar como la educación básica, por lo que en definitiva, la investigación médica en México está rezagada por falta de recursos económicos".
Este diario consultó a la Secretaría de Salud y al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para conocer las investigaciones clínicas vigentes, pero hasta el cierre de la edición no respondieron.
La presidenta Claudia Sheinbaum, durante su conferencia del pueblo del 17 de enero pasado, dijo que la meta de su gobierno es atraer dos mil millones de dólares anuales para investigación clínica en el país.
La investigación médica en México se institucionalizó en 1939 con la fundación del Instituto de Salubridad y Enfermedades Tropicales y fue entre 1943 y 1946 cuando se crearon los primeros tres Institutos Nacionales dedicados a realizar funciones de asistencia, docencia e investigación: el Hospital Infantil de México, el Instituto Nacional de Cardiología (primero en su género en el mundo) y el Hospital de Enfermedades de la Nutrición, hoy conocido como el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, según los archivos de la Secretaría de Salud.
Sin embargo, de acuerdo con Rosina Sánchez, ingresar a estas instituciones públicas resulta cada vez más difícil y quienes logran hacerlo se enfrentan a limitaciones económicas. "La realidad es que somos muchas y muy pocas las becas que cada año se otorgan, además, cada vez son más los requisitos para formar parte de la comunidad científica, incluso tenemos que pagar por nuestras publicaciones, algo que no resulta nada barato", agregó.
Arturo Barba, divulgador de ciencia y tecnología, coincidió en que en México se están formando jóvenes investigadores para condenarlos al desempleo.
De acuerdo con el experto, en promedio, cada año unos cinco mil jóvenes obtienen un título de doctorado con el cual podrían desempeñarse en la investigación médica o de cualquier otra disciplina. Sin embargo, la mayoría no encuentra cabida en las instituciones que hacen ciencia como son las universidades públicas y los Centros de Investigación en los que las plazas laborales se encuentran sobresaturadas.
De acuerdo con el informe Ciencia, Tecnología e Innovación en América Latina y el Caribe, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), desde el año 2016 México inició un descenso en la inversión en ciencia y tecnología que no se ha detenido. Esta situación es contraria a lo que ha sucedido en la mayoría de las naciones de la región, las cuales han registrado un incremento lento, pero sostenido.
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