La descomposición social avanza a pasos agigantados en un México lastimado, maltratado, vilipendiado y olvidado en vastas zonas del territorio nacional.
El que una extensa zona del país esté bajo control del crimen organizado, indica el alto grado de podredumbre del tejido social.
Los recursos públicos destinados a los más necesitados, han sido insuficientes para contrarrestar que hordas de jóvenes alimenten las fuerzas desalmadas del narcotráfico.
Todo ello, contamina con mayor dureza a una sociedad cansada e impotente, ante la galopante inseguridad.
Robos, asaltos, violaciones, secuestros, extorsiones, decapitaciones, ejecuciones y linchamientos, son el increíble panorama que día a día destila la sociedad sin control y orden.
¿Qué hacen las autoridades ante todo lo señalado? ¿Cuándo habrá orden, seguridad y una sociedad digna para vivir en tranquilidad?
Las imágenes de una mujer de la tercera edad, empuñado una pistola para quitarle la vida a dos personas, dejaron estupefacta a la comunidad de internautas.
Hacer justicia por propia mano, trae devastadoras consecuencias; dos personas murieron producto de esa ira, coraje e impotencia.
Como resultado, la anciana purgará una condena de por vida, a sus 74 años de edad; de paso arrastró a dos de sus familiares, como presuntos cómplices.
El asesinato de madres buscadoras de sus seres queridos desaparecidos, son otra estampa del terror que se vive todos los días.
Una más: mujeres que buscan indicios no de vida, sino de muerte, de sus familiares desaparecidos por la indolencia de autoridades para investigar o hacer justicia.
El descubrimiento de fosas clandestinas en todas las entidades del país, es una expresión más de esa putrefacción que corroe el tejido social.
Los secuestros, son otra variante del crimen organizado para obtener recursos con cruenta facilidad.
El delito de extorsión se ha incrementado exponencialmente, traducido en el comúnmente llamado cobro de piso.
Los atentados o ejecuciones disfrazadas de asaltos o accidentes, son lo más cotidiano cuando se trata de desaparecer a un rival en cualquier lúgubre negocio ilegal.
Aún queda en el imaginario aquella decapitación del alcalde electo de Chilpancingo, Guerrero, resultado de las elecciones de 2024.
Diversas entidades, se han quedado con pueblos fantasma por la penetración y el terror que han sembrado las bandas del crimen organizado.
¿Y la autoridad qué hace? ¿Dónde están las fuerzas armadas, la Guardia Nacional, las policías federales, estatales y municipales?
Todo lo señalado es sólo una muestra de la descomposición de nuestra sociedad. ¿Será factible que aun así trascienda la 4T?
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