Entre las amenazas que los aranceles de Donald Trump representan para la economía de Estados Unidos, ninguna podría ser tan extraña como la venta masiva de dólares.
Las monedas suben y bajan todo el tiempo debido a temores de inflación, movimientos de los bancos centrales y otros factores, pero a los economistas les preocupa que la sorprendente caída reciente del dólar refleje algo más inquietante en un momento en que el presidente Donald Trump busca suavizar los efectos arancelarios con acuerdos comerciales.
"La confianza global y la dependencia en el dólar se construyeron durante medio siglo o más", afirma Barry Eichengreen, economista de la Universidad de California, campus Berkeley, quien advierte que esas características "se pueden perder en un abrir y cerrar de ojos".
Desde mediados de enero, el dólar ha caído 9 por ciento frente a una serie de monedas, un desplome raro y pronunciado, a su nivel más bajo en tres años.
Muchos inversores asustados por Trump no creen que el dólar sea desplazado rápidamente de su posición como la moneda de reserva mundial, sino que más bien prevén un declive lento.
"Las propiedades de refugio seguro del dólar están siendo erosionadas", destacó Deutsche Bank en una nota a sus clientes este mes, advirtiéndoles de una "crisis de confianza". Un informe más cauto de Capital Economics añade: "Ya no es una hipérbole decir que el estatus del dólar de moneda de reserva y su papel predominante más amplio están en cuestión, cuando menos hasta cierto punto".
Tradicionalmente, el dólar se fortalecería a medida que los aranceles de Trump hunden la demanda de importaciones de EU.
Pero el dólar no sólo no se fortaleció esta vez, sino que cayó, desconcertando a los economistas y perjudicando a los consumidores. El dólar perdió más del 5 por ciento frente al euro y la libra, y 6 por ciento ante el yen desde los primeros días de abril.
Según sabe cualquier viajero estadounidense en el extranjero, se puede comprar más con un dólar fuerte y menos con uno débil. Ahora el precio del vino francés y los productos electrónicos surcoreanos y una serie de otras importaciones podrían costar más no sólo debido a los aranceles, sino también a una moneda más débil.
Más preocupante es la posibilidad de tasas de interés más altas en EU sobre la creciente deuda federal, que ya se encuentra en un riesgoso 120 por ciento de la producción económica anual del país.
"En la mayoría de los países con esa deuda en relación al PIB ello sería causa de una gran crisis, y la única razón por la que nos salimos con la nuestra es que el mundo necesita dólares para comerciar", dice Benn Steil, economista del Consejo de Relaciones Exteriores, un centro de investigación sin fines de lucro. "En un momento dado, las personas van a examinar seriamente alternativas al dólar".
China ha establecido acuerdos comerciales con Brasil a pagar sólo en yuanes para productos agrícolas, con Rusia para petróleo y con Corea del Sur para otros bienes desde hace años. También ha otorgado préstamos en yuanes a bancos centrales desesperados por tener efectivo en Argentina, Pakistán y otros países, reemplazando al dólar como el financiador de emergencia de último recurso.
Las criptomonedas podrían ser otra posible alternativa a Estados Unidos en los próximos años, si es que su mercado crece.
En su carta anual a los accionistas sobre el predominio del dólar, el presidente de BlackRock, Larry Fink, señaló: "Si los déficits siguen aumentando, Estados Unidos corre el riesgo de perder esa posición frente a activos digitales como Bitcoin".
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