Fwd: Se acrecienta la violenta en Acapulco durante Semana Santa con 17 muertos y cuerpos calcinados

Acapulco está viviendo una Semana Santa marcada por el terror, ya que en apenas cuatro días, 17 personas fueron asesinadas y entre ellas algunos operadores del transporte público. La brutalidad de los crímenes, como cuerpos calcinados y desmembrados, contrasta con la imagen turística del puerto, donde miles han decidido ir a disfrutar de la playa ajenos a la violencia.

 

Del lunes al jueves de Semana Santa, la violencia cobró fuerza en Acapulco, con al menos 17 homicidios registrados en distintos puntos de la ciudad. La mayoría de los crímenes se cometieron en colonias marginadas, lejos de la vigilancia militar que resguarda la zona turística. Entre las víctimas hay operadores del transporte público, un sector que suma ya 27 asesinatos en lo que va del 2025.

 

El Jueves Santo fue especialmente violento. En la colonia Paraíso, fue hallado un cadáver dentro de un vehículo incendiado; la víctima estaba atada de pies y manos y presentaba signos de estrangulamiento. Horas después, en la colonia Bellavista, los restos desmembrados de dos hombres fueron encontrados embolsados, envueltos en costales.

 

En la colonia Ricardo Flores Magón, el conductor de un taxi fue asesinado a tiros mientras laboraba. En tanto, otro hombre fue atacado con arma de fuego en la colonia Cuauhtémoc y trasladado de urgencia a un hospital.

 

La mañana del Viernes Santo, una camioneta del transporte público fue incendiada de manera intencional en la colonia Centro. Según testigos, hombres armados obligaron al chofer a bajar, rociaron gasolina y prendieron fuego a la unidad cerca de la calle Nicolás Bravo. El vehículo, que cubría la ruta San Isidro–Centro, quedó completamente destruido.

 

El miércoles, más de 500 taxistas protestaron bloqueando el acceso al puerto. Colocaron ataúdes como símbolo del luto por sus compañeros asesinados y exigieron la renuncia de la gobernadora Evelyn Salgado. Denunciaron que el crimen organizado extorsiona y ataca con total impunidad. También señalaron a Carlos Arturo Aguilar Reyes, jefe de seguridad en Acapulco, por supuestos nexos con grupos delictivos.

 

Horas después de la protesta, el conductor del taxi número 2980, identificado como uno de los líderes del movimiento, fue ejecutado, aumentando el temor entre los transportistas de nuevas represalias.

 

Lejos de ofrecer garantías, el gobierno estatal respondió con un cerco de seguridad para impedir nuevas manifestaciones, lo que generó más tensión. Ni la Marina ni la Guardia Nacional han logrado contener la violencia en zonas alejadas de la franja turística, donde los criminales actúan con libertad.

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