La Barriada/Martín Aguilar/Nadie sabe para quién trabaja

Tras ser descartado públicamente como posible candidato de Morena a la Presidencia de la República en 2024, Ricardo Monreal tendrá que poner en marcha su plan para sobrevivir el próximo sexenio.

 

Aunque dicen que en política no hay nada escrito, es claro que ni yendo a bailar a Chalma la 4T nominará al zacatecano para Palacio Nacional, pues la élite pejista dejó en claro ayer que sus únicas corcholatas son Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.

 

A pesar de no haber sido mencionado ni una sola vez por el Presidente como uno de sus posibles sucesores, y de no creer en las encuestas que los morenos realizan para definir sus candidaturas, Monreal insiste en que tendrá la nominación de su partido.

 

Al interior de su propio equipo comentan que, al final, buscará la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, en un acuerdo con Ebrard para que el canciller dispute la Silla del Águila y él la del Antiguo Ayuntamiento.

 

Nada más que eso no se ve nada sencillo, pues habría que ver qué partido o alianza los apoyaría en caso de que se separen de la 4T. O qué opción tendría el senador en caso de que Marcelo sea candidato y él no.

 

El asunto se pone muy interesante incluso para Morena, pues, aunque los favoritos sean Adán Augusto y Claudia, no se pueden dar el lujo de dejar sueltos al canciller y al senador, pues juntos serían dinamita.

 

Son animales políticos y tienen claro que, si no es en ésta, el tren presidencial se les habrá ido para siempre, sobre todo a Ebrard, quien es el que más cerca ha estado de la nominación y se ha quedado en la orilla.

 

Los morenos tendrían que sacar el ábaco, para saber con claridad cuántos de los 22 gobernadores que presumen tener son en realidad suyos y cuántos jalan con el canciller y con el de Zacatecas.

 

Es más, cuántos senadores y diputados de diversos partidos hacen equipo con Monreal, para tener muy claro el poder político que este par podría tener por sí mismos y cuánto podrían pesar en la balanza electoral.

 

Por el momento, la alianza opositora no está pensando en el senador como opción para ser su candidato en la capital de la República, pues tiene perfiles suficientes para competir, sobre todo del lado de Acción Nacional, cuyo grupo dominante sabe que 2024 es su oportunidad de consolidarse.

 

Si Monreal se quedara sin opciones de ser gobierno, nada le impediría buscar la reelección como senador, donde muy probablemente tendría la oportunidad de seguir otros seis años de líder de la Cámara alta.

 

Nada despreciable sería mantener el control senatorial, desde donde se puede hacer grilla de altura y ser importante aliado o contrapeso del gobierno entrante, se trate de quien se trate.

 

Sería una salida más que digna del zacatecano y, desde luego, una posición en la que tampoco estaría impedido para seguir buscando su postulación presidencial —ahora para 2030—, aunque, obviamente, con mucho menos posibilidades.


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