Rebeca Marín
Moody's Investors Service redujo este viernes de Baa1 a Baa2 la calificación de la deuda de largo plazo en moneda extranjera emitida por el gobierno mexicano, todavía dentro del llamado "grado de inversión", al advertir sobre una débil perspectiva de crecimiento de la economía nacional y un aumento en el costo de los pasivos del sector público.
La firma modificó de "negativa" a "estable" la perspectiva de la deuda, lo que implica que al menos en los próximos 12 meses no anticipa un cambio en la calificación.
La calificación Baa2 está apenas un escalón arriba del rango que marca el grado de inversión para los papeles valorados por la firma financiera.
Apenas esta semana, la principal calificadora del mercado, Standard and Poor's, mantuvo la calificación de la deuda soberana de México y modificó la perspectiva de "negativa" a "estable".
"Moody's espera que la actividad económica continúe afectada por débiles perspectivas de inversión y rigideces estructurales, factores que impedirán revertir el impacto de la pandemia sobre la actividad", expuso la calificadora.
Añadió que el manejo de la política fiscal del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado lugar a un incremento moderado de la proporción de la deuda pública respecto del producto interno bruto (PIB). Sin embargo, apuntó, la carga de intereses ha sido consistentemente mayor que la de otros países calificados con Baa y "lo más probable es que aumente aún más debido al incremento de las tasas de interés".
Después de conocida la decisión de Moody's, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sostuvo que a pesar de la baja en la calificación de la deuda soberana de México, el país mantiene una "posición robusta" en los mercados internacionales "y cuenta con amortiguadores financieros para enfrentar escenarios de riesgo global".
La Secretaría de Hacienda continuará comprometida con la fortaleza de las finanzas públicas y su deuda, añadió la dependencia.
Mooidy's expuso que la fortaleza fiscal de México se verá afectada de una manera cada vez más manifiesta por la mayor rigidez del gasto público asociada a la decisión del gobierno de mantener apoyos a empresas estatales como Pemex, aumentar erogaciones relacionadas con pensiones y mantener inalterados gastos de capital etiquetados.
También destacó que el gobierno mexicano tiene un "bajo nivel" de colchones financieros –en alusión a los fondos de reserva de las finanzas públicas, que han sido utilizados a lo largo de esta administración-- debido a que los fondos de estabilización fiscal "prácticamente se han agotado".
En conjunto, estos elementos restringirán la capacidad de las autoridades para responder a choques durante los próximos años, agregó.
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