Rebeca Marín
La descalificación de la Prueba Pisa por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) intenta encubrir el fracaso y el retraso educativo en que se encuentran los niños, niñas y adolescentes de nivel básico.
En lo anterior coincidieron Paulina Amozurrutia, directora general de Educación Con Rumbo (ECR) y la investigadora Patricia Ganem, quienes exigieron a la autoridad educativa aclarar y dar a conocer públicamente los mecanismos de implementación y medición, para atender la pérdida de alumnado, la inasistencia constante de estudiantes a las escuelas, la calidad de los contenidos educativos, la situación de violencia en los planteles escolares y la falta de formación continua a maestros.
En respuesta al comunicado de la SEP publicado el pasado 5 de diciembre en relación al Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes, mejor conocida como la Prueba Pisa, las especialistas en temas educativos expresaron que ningún argumento justifica que México se haya ubicado en el lugar 51 de los 73 países que participaron en un examen de conocimientos básicos.
Al poner en evidencia la ruptura de los canales de comunicación, diálogo, debate y análisis que existían entre las autoridades educativas y las distintas organizaciones de padres de familia, maestros, académicos y asociaciones dedicadas al tema educativo, Paulina Amozorrutia y Patricia Ganem, solicitaron a la SEP aclarar exactamente qué quiere decir, cuando afirma en su comunidad que: "Es necesario realizar un análisis considerado el contexto de los resultados de estas pruebas, como las condiciones socioeconómicas y culturales de cada país para evitar interpretaciones reduccionistas…"
"Hasta el día de hoy no se cuenta con información o evidencia sobre las mejoras que la 4T afirma llevar a cabo en educación. Según sus informes solo han centrado su esfuerzo en dar becas y mejorar infraestructura, pero no sabemos cuántas becas se han dado, a quién, ni cuál es el seguimiento e impacto que han tenido esos recursos en el mejoramiento del rendimiento escolar de los alumnos", destacó Paulina Amozorrutia.
Tampoco tenemos evidencia del crecimiento de infraestructura escolar y su mejoramiento, agregó Paulina Amozorrutia al exigir a la SEP dar a conocer indicadores educativos básicos, como la pérdida de alumnado en lo que va de la presente administración, la calidad de los aprendizajes por cada grado, el rezago educativo, situación de la violencia escolar y la estadística sobre cursos de actualización y formación de maestros.
Entre los factores que afectan el desempeño académico de los estudiantes, México obtuvo porcentajes por arriba del promedio de la OCDE, explicó Patricia Ganem; sin embargo, cuestionó: "ahora, lo interesante es explicar por qué México punteó más alto en algunos indicadores, pero bajamos en resultados".
De acuerdo a esa medición, la OCDE revela que el 26% de los estudiantes admiten sentirse solos en la escuela, mientras que el promedio de los países de la OCDE es de 16%. Otro resultado que llama la atención, es que el 22% de los estudiantes mexicanos se sienten inseguros de camino a su escuela, frente al 2% del promedio de la OCDE.
"No basta que la escuela sea un espacio donde los chicos y chicas tengan una oportunidad para la convivencia, tenemos que saber cuál es la calidad de esa sociabilización y el ambiente escolar que les rodea y en el que se desenvuelven", expuso Patricia Ganem.
La autoridad educativa tiene que informar a la opinión pública qué está haciendo para recuperar –como dice la SEP- la escuela pública; cuáles son los programas y métodos del sistema humanista, científico, con equidad y de inclusión que está llevando a cabo para fortalecer el bienestar de los niños y niñas, y cómo se están o se van a medir los resultados.
En conferencia de prensa, las especialistas en educación manifestaron su preocupación por los resultados obtenidos por los niños y niñas mexicanos en la Prueba Pisa, en la cual el 34% de los estudiantes alcanzó al menos el Nivel 2 de competencia en matemáticas, significativamente menos que el promedio de los países de la OCDE que es de 69%.
Alrededor del 53% de los estudiantes de México alcanzaron el Nivel 2 o superior en lectura, mientras que el promedio de la OCDE es de 74%. Alrededor del 49% de los estudiantes de México alcanzaron el Nivel 2 o superior en ciencias, siendo el promedio de la OCDE el 76%.
El objetivo de la prueba PISA es medir la capacidad de los alumnos de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar los retos de la vida real. También recopila información sobre las actitudes y motivaciones de los estudiantes, y evalúa habilidades como la solución de problemas en colaboración.
Por ejemplo, mencionó la doctora Ganem indicó que "una de las habilidades que mide la prueba de PISA en ciencias, implica que el alumno pueda aprovechar todas las ideas y los conceptos científicos en relación a ciertos fenómenos físicos de la vida, de la Tierra y del espacio para valorar su importancia o su aplicación. También debe de saber interpretar datos y evidencias para distinguir la información relevante e irrelevante en textos científicos".
Por otro lado, la SEP argumenta que: "La más reciente aplicación de esta evaluación en nuestro país ocurrió en el contexto mundial de la etapa final de la emergencia sanitaria por COVID-19; todos los países enfrentaron de manera diferenciada esta terrible circunstancia". Sin embargo, ante dicha emergencia, en nuestro país no se llevaron a cabo las medidas necesarias para un regreso pronto a las aulas: no se dio acompañamiento a los docentes y no se dotó de equipamiento tecnológico a los espacios educativos y tampoco se dio un seguimiento de los aspectos socioemocionales al momento de regresar a las actividades educativas.
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