Congreso de la CDMX analiza reemplazar a diputados faltistas

Martín Aguilar

 

Con el objetivo de enfrentar las inasistencias y el ausentismo de representantes populares en las sesiones que además se refleja en la baja productividad que ha tenido la actual II Legislatura del Congreso, en ese órgano deliberativo se acordó que sea materia de análisis el reemplazar a los diputados faltistas.

 

Se trata de la iniciativa turnada por la presidenta de la Mesa Directiva del recinto de Donceles y Allende, Gabriela Salido Magos, a la Comisión de Normatividad, Estudios y Prácticas Parlamentarias para su análisis y dictamen que tiene como objetivo combatir el ausentismo legislativo.

 

Al fundamentar la propuesta que en esa materia presentó, el diputado local de la bancada del PRI, Fausto Manuel Zamorano Esparza, consideró pertinente reformar el Reglamento del Congreso de la Ciudad de México para que cualquier diputado local sea relevado y llamado su suplente, si acumula cinco retrasos injustificados durante un mismo periodo de sesiones.

 

El congresista del Revolucionario Institucional que ya fungió como presidente de la Mesa Directiva en la II Legislatura y que públicamente se quejaba por la continua inasistencia de representantes populares que obligada a dar por terminadas las sesiones o no llevarlas a cabo, presentó una iniciativa para reformar los artículos 63 y 70 del Reglamento del Congreso, en materia de puntualidad.

 

Consideró pertinente que la o el diputado que no haya registrado su asistencia una vez pasados los 15 minutos después que se cierre el sistema electrónico de registro, se le compute como un retraso, aunque se incorpore posteriormente a sus labores.

 

Mientras que, en caso de acumular cinco retrasos injustificados en un mismo período de sesiones, se procederá a suplir a la o el diputado, llamando al suplente para que tome posesión, se apunta en el documento que presentó el legislador del Partido Revolucionario Institucional.

 

El diputado priísta mencionó que el proyecto mantiene las causas por las que los legisladores pueden justificar su ausencia a alguna sesión, entre los que se establecen temas de salud, causas de fuerza mayor, encargos oficiales e inclusive cuidados de la familia.

 

También se mantiene la disposición de que el congresista será sustituido cuando no se presente a cinco días de sesiones en un mismo período, sin causa justificada o sin previa licencia del presidente de la Mesa Directiva.

 

Zamorano Esparza, general en retiro, argumentó que cuando los legisladores llegan tarde a las sesiones, se pueden posponer debates cruciales, votaciones importantes y la aprobación de leyes, lo que afecta la continuidad y la eficacia del proceso legislativo.

 

Señaló que la puntualidad tiene un impacto en la credibilidad y la imagen institucional del Congreso, ante la opinión pública. "La falta de puntualidad puede percibirse como falta de compromiso con el cargo, y es una falta de respeto hacia los colegas que sí son puntuales y al proceso legislativo en general".

 

Insistió que la puntualidad no solo es una cuestión de eficiencia legislativa, sino también un deber ético y una responsabilidad moral de los legisladores, hacia aquellos que los eligieron para representarlos en el Congreso.

 

Para Fausto Zamorano es una realidad que la impuntualidad ha frenado, obstaculizado y retrasado los trabajos legislativos, lo que afecta negativamente la capacidad del Congreso para cumplir con su función de manera efectiva.

 

Aclaró que en cualquier otro ámbito laboral, los atrasos o inasistencias suelen ser sancionados, ya que afectan la productividad y el cumplimiento de los objetivos establecidos por las instituciones o empresas. Los legisladores, como empleados del pueblo, no deberían ser la excepción. Los ciudadanos merecen un Congreso que trabaje de manera diligente y funcional.

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