Inmerso en su clásica actitud porril, Martí Batres dijo que quien no le ayude no le estorbe en su intento por solucionar la crisis del agua contaminada, con que su administración surte a los habitantes de varias colonias en Benito Juárez.
Con su declaración, el jefe de Gobierno sustituto buscaba pegarle a los alcaldes panistas de esa demarcación y de Álvaro Obregón, quienes han criticado su desastrosa actuación ante la grave situación denunciada por los ciudadanos.
Desde inicios de abril, vecinos de varias colonias habían reportado que de sus llaves salía agua con olor a gasolina. Batres, que los había descalificado en un inicio, acabó aceptando que, efectivamente, el pozo que surte esa zona está contaminado.
A pesar de ello, sin mostrar la menor empatía con los ciudadanos, el funcionario advirtió que si los quejosos querían una cita con él, primero levantaran el plantón que mantienen en Insurgentes y Xola, y que si los llegaba a recibir, tendrán que dejar sus celulares afuera.
Nada más le faltó decir que no puede arriesgarse a que le manchen su investidura. Esa actitud, más su frase de "si no ayudan no estorben", es la misma que sus compañeros de Morena le podrían aplicar a él, pues su falta de pericia los ha metido en un hoyo.
De por sí los candidatos de la 4T la tenían ya muy difícil en Benito Juárez, alcaldía dominada desde principios de siglo por el PAN. Con su desastrosa actuación, Batres les echó las últimas paladas de tierra sobre su tumba política.
Porque ahora no sólo los habitantes de esa demarcación, sino también los de la vecina Álvaro Obregón, están que echan lumbre contra los morenistas. Los aspirantes a alcaldes, diputados y concejales de esas zonas corren el riesgo de ser barridos.
Por si eso no bastara, la propia Clara Brugada, candidata a jefa de Gobierno, acabó de regar el tepache. Además de que tampoco mostró empatía con los ciudadanos a los que quiere gobernar, insinuó que podría tratarse de un sabotaje para perjudicar su candidatura.
O sea, que alguien pudo contaminar a propósito el pozo, lo que enardeció más las protestas. Y es que ese pozo está a la vista de todos, sin contar que las cámaras del C5 captan todo.
Un tema que pudo haberse resuelto con atención y buena voluntad, lo dejaron crecer hasta el punto de que llegó a las mañaneras de Palacio Nacional, donde en lugar de dar soluciones, se habló también de probable guerra sucia por las elecciones.
En Morena parecen haber olvidado que en el segundo debate por la CDMX —el 27 de abril—, uno de los temas centrales para los candidatos será justamente la crisis del agua. En una de ésas, Clarita se echó sola la soga al cuello.
Porque el debate coincidirá con la fecha estimada para la solución del problema, y seguramente le pedirán que explique cómo se limpió el pozo. Dónde se envió el agua contaminada y cómo se volvió a llenar, ya que hay sequía generalizada y no ha llovido.
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