Este lunes causó furor en redes sociales una encuesta que ubica a Xóchitl Gálvez a cinco puntos de distancia de Claudia Sheinbaum.
Se trata de la empresa Massive Caller, la que estuvo más cerca de acertar el triunfo de Delfina Gómez en el Estado de México.
Los comentarios se dispararon en torno al acortamiento de la distancia entre una y otra candidata.
Es decir que la competencia se ha cerrado, más allá de los sondeos que ubican a Sheinbaum con una estratosférica popularidad.
Para nadie es ajeno que las múltiples encuestas donde Claudia sale con diferencia de hasta 20 puntos, son poco creíbles.
El desgaste del gobierno de Andrés Manuel López Obrador no lo carga Xóchitl Gálvez, sino la propia heredera del obradorato.
Con base en esa simple lógica quien tiene más que perder es la candidata oficial, y no la opositora.
Así es como se explica que durante el primer debate, Xóchitl disparara todo el tiempo contra Claudia, sin que ésta respondiera.
¿Le abollaron la candidatura a la aspirante oficial? Para muchos ninguna ganó. Otros se inclinaron hacia una y otra, según sus preferencias.
Pero lo cierto, es que a López Obrador nada la agradó que Claudia no defendiera su obra.
Y desde esa perspectiva, se desprende que la ganadora para Palacio Nacional, fue la candidata de "Fuerza y Corazón por México".
Pero en la época de las percepciones, quien se resbala puede perder mucho, y quien pega primero, avanzar rápido.
El resultado de la estrategia que usó cada candidata el día del debate, está a la vista. Se ubican en un empate técnico, según los expertos en sondeos de esa naturaleza.
Sin embargo, a 45 días de las elecciones, aún falta mucho por escribirse y más por definir.
Estos días, Sheinbaum se equivocó rotundamente en una expresión: " No es cierto, es falso, que si no se trabaja, no se puede tener un tener un buen nivel de vida".
Ello derivó en una cascada de críticas, porque con eso se fomenta la adicción a la dádiva y a los programas sociales.
A toda acción hay una reacción; y como dicen los expertos consultores: "todo comunica".
De ahí que toda acción de gobierno, declaraciones y decisiones de López Obrador, no pueden desligarse de Claudia.
Así es que con seguridad continuará la danza de las encuestas, y la generación de percepciones, que solo son eso; el veredicto final es el de las urnas.
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