El Presidente Andrés Manuel López Obrador es demasiado predecible en el uso de su retórica.
Cuando algo no le agrada, no se lo guarda, lo exhibe de manera contundente en sus conferencias matutinas.
Y sin poseer un toque original, el mandatario acuñó la expresión fifí para denostar a la clase media, llamándola conservadores y contrarios a su proyecto de gobierno.
La palabra fifí data de la época del porfiriato y se usaba para dirigirse a la clase alta o pudiente.
Casualmente, el primer fifí moderno del país resultó ser el Presidente, quien tras habitar un modesto departamento pasó a vivir en un palacio.
La primera boda fifí del sexenio fue la de su eterno vocero César Yáñez y a la que asistió como invitado especial.
Pronto sus hijos también entraron a ese círculo, sin antecedentes de excelentes profesionistas se convirtieron en potentados empresarios chocolateros.
Viviendas ostentosas, paseos extravagantes, comidas en lujosos restaurantes y el uso personal de vehículos caros, caracterizan a la familia fifí presidencial.
López Obrador se sirvió del pueblo para alcanzar sus objetivos políticos. Primero como líder social que se plantó en el Zócalo en la época del regente Manuel Camacho Solís.
Después, como jefe de gobierno, López Obrador recurrió al pueblo para que lo apoyara por el proceso de desafuero en su contra.
En automático, como jefe de gobierno entró de lleno al estatus fifí. Todos los días estrenaba corbata. Poseía paquetes en su oficina del viejo Palacio del Ayuntamiento.
López Obrador también compraba popularidad. Cuando se disponía a salir de su oficina, jalaba el cajón de su escritorio y se embolsaba fajos de billetes de a 200 pesos que regalaba en la calle.
Tras concluir su mandato de jefe de gobierno, ya era un consumado fifí, un mercader de la popularidad costeada con el erario de la ciudad.
Y si se toma como base el origen de esa expresión, en todo caso la clase política de la 4T forma el entorno pudiente fifí.
El caso es que a pesar de esa elevada popularidad que no se cansa de presumir, los números le dan por perdida la Ciudad ante Morena.
Así es como se entiende que le haya endilgado a la Ciudad de México el mote de territorio fifí.
El activismo digital entró en acción de manera descomunal, aplaudiendo que al llamar conservadora a la capital, la daba por perdida Morena el próximo 2 de junio.
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