Comerciantes de la Plaza Izazaga 89 se sienten afectados por el cierre de sus fuentes de empleo

Rebeca Marín

El jueves, pasado el mediodía, personal del Instituto de Verificación Administrativa de la Ciudad de México (INVEA), clausuró el inmueble que se encuentra en la colonia Centro, alcaldía Cuauhtémoc, por no contar con los documentos para acreditar los trabajos que realizan.

 

"La verdad sí me sorprende porque nos deja sin trabajo a nosotros los comerciantes ambulantes que nos dedicamos a esto", respondió Adriana Varela, en tono de sorpresa y preocupación al llegar al edificio de Izazaga 89 y ver los sellos de clausura.

 

"No sabíamos de la clausura y ni sabemos la razón por la cual hayan clausurado", agregó durante su visita al lugar, en compañía de su esposo, al ser entrevistada por La Prensa.

 

Reconoció que cada ocho días vienen de Chimalhuacán, Estado de México, a surtirse de mercancía para llevarlas a otros lugares de la República.

 

Los estados a los que van a vender sus productos son: Querétaro, Mazatlán, Sinaloa, entre otros "y hasta ya llevamos la mercancía para poder trabajar".

 

"Esta labor la llevamos desde hace 12 años y de ello dependen económicamente ocho integrantes de la familia", señaló.

 

En este sentido, dijo que el cierre del lugar les afecta demasiado económicamente y más cuando están cerca las vacaciones.

 

"Sí, nos afecta económicamente porque está es la máquina donde nos reproducimos nosotros y sin ella y clausurada qué vamos hacer nosotros y más ahorita que se acercan las vacaciones y hay un poquito más de venta para nosotros y nos dañan".

 

Melani, quién es menor de edad y tiene apenas dos años de dedicarse al comercio ambulante, acudió al predio de Izazaga, a recoger una mercancía que había pagado con anterioridad.

 

Muchas de las personas que a diario venían a este centro de comercio admitieron que no se habían enterado de que el lugar estaba clausurado.

 

En este sentido, Nicolás Moreno se sorprendió al llegar al edificio y ver los sellos de clausura en la entrada.

 

"¡Si, como no!", exclamó al ser cuestionado sobre el cierre del lugar. "Yo venía para recoger una factura para justificar mis gastos', agregó en tono de preocupación.

 

Al lugar llegó una chica de nacionalidad venezolana, con apenas un mes en nuestro país para repartir tarjetas y "robarse" a los comerciantes y llevárselos a otro lugar donde también se encuentran productos chinos sobre la misma avenida. 


 

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