En todo momento Andrés Manuel López Obrador ha sostenido que en 2006, Felipe Calderón triunfó con fraude.
Han pasado 18 años y aún dice que en esa época le hicieron fraude. ¿Lo ha demostrado?
Los señalamientos apuntaban a una supuesta transferencia de votos del entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto a las arcas electorales de Acción Nacional.
¿Fue verdad o mentira? El caso es que López Obrador ha usado esa bandera hasta la fecha.
Paradójicamente ese mismo estandarte parece que será la sombra que lo perseguirá por haber hecho ganar a Claudia Sheimbaum con el mayúsculo uso de la maquinaria del Estado.
Los comentarios van y vienen, en comederos políticos, en reuniones de dirigentes opositores, en mesas de análisis y entre el ciudadano común y corriente.
Queda la sospecha de que Sheinbaum haya triunfado limpiamente. Pero sobre todo que haya obtenido 6 millones de votos arriba de los que López Obrador alcanzó en 2018.
¿Es creíble? ¿Cómo o de qué manera sucedió ese descomunal salto? ¿De dónde salieron esos 36 millones de votos?
En 2018, López Obrador obtuvo 30 millones 113 mil 483 votos para lograr coronarse como Presidente.
Pero resulta que durante el proceso electoral del 2021, Morena y López Obrador perdieron casi el 50% de esos millonarios sufragios.
Morena y aliados lograron hace tres años 16 millones 759 mil 917 votos. Este resultado les impidió alcanzar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
Pero para esta elección el brutal salto fue de 20 millones 164 mil 602 votos, para dar un total de los 36 millones 924 mil 519 sufragios.
¿Quién en su sano juicio puede creer tal proeza? Pues eso sucedió. Sorprendentemente Sheinbaum y Morena, superaron con creces a López Obrador.
¿Cómo le hicieron? ¿Fue voto libre? Difícil de admitir. ¿Fue voto corporativo? Es viable, al tener de su lado al movimiento sindical consolidado en la época priista.
¿Fue una compra masiva de votos? Las denuncias estuvieron a la orden del día. ¿Fue entrega de dádivas y despensas? Eso fue más que evidente.
Es evidente que el voto duro de Morena, rondaba un máximo de 17 millones, pero la maquinaria de elección de Estado logró la espeluznante votación mencionada.
¿Los alquimistas de la 4T, transformaron la Marea Rosa en marea guinda? No hay otra explicación para ese exponencial crecimiento de votos.
Y es que no es para menos, ni la suma de las elecciones para la presidencia de López Obrador de 2006 (14 millones 859 mil 350) y 2012 (15 millones 848 mil 827), superó (30 millones 708 mil 177) los más de 36 millones de este 2024.
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