Martín Aguilar
Debido al aumento de llantas en calles, barrancas, ríos y alcantarillados, el gobierno del Estado de México llamó, a través de la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (SMAyDS), a generar una nueva conciencia ecológica, basada en la educación ambiental mediante el reciclaje para realizar una correcta disposición de los residuos sólidos.
Los neumáticos son considerados Residuos de Manejo Especial, su disposición representa un problema ambiental, de salud pública, técnico y económico, pues de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Hulera, el 70 por ciento de las llantas nacionales y el 100 por ciento de las llantas importadas son un excelente producto para el reciclaje y convertirse en materia prima para asfalto, pistas atléticas y tapetes, entre otros productos.
Reciclar llantas beneficia en la reducción de residuos, en el ahorro de energía, en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y en la disminución de uso de agua.
Su reciclado puede ser por dos procesos: la Pirólisis, técnica que consiste en quemar las llantas sin oxígeno, la recuperación de los materiales que las componen es del 100 por ciento y los materiales recuperados pueden ser reutilizados en otros procesos industriales o incluso en la fabricación de llantas nuevas; y la Trituración, que se basa en moler las llantas hasta obtener diferentes tamaños de partículas.
El reciclaje de llantas, además de servir para crear nuevos neumáticos gracias al caucho y otros materiales, puede tener otros usos como: sellar productos con grietas, hoyos o perforaciones; producir impermeabilizantes para techos y paredes; fabricación de tejas, adoquines, losetas y materiales para la construcción; construcción de pistas de atletismo, canchas y balones; reparación de asfaltos en calles maltratadas, y elaboración de suelas de zapatos.
Los beneficios que trae consigo un tratamiento adecuado de las llantas permite que, el uso de petróleo disminuya de 23.5 litros a 13.05 litros por neumático; se emita menos de la mitad de dióxido de carbono, y se ahorren más de mil litros de agua por llanta.
La SMAyDS llama a no quemar las llantas pues esto genera gases tóxicos al ambiente como: monóxido de carbono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles; contaminantes peligrosos (hidrocarburos policíclicos aromáticos (HAP's); dioxinas, furanos, ácido clorhídrico, benceno, bifenilos policlorados (PCB's); y metales pesados como arsénico, cadmio, níquel, cinc, cromo y vanadio.
Estos contaminantes se hacen parte del agua, suelo y aire, generando impactos negativos al medio ambiente, afectaciones a la salud de las personas y a la estabilidad de los ecosistemas en general.
En México existen más de 300 millones de neumáticos desechados, al año, 40 millones son tirados en cementerios o basureros clandestinos y, sólo el 12% forma parte del reciclaje de llantas. Sí fueran procesadas correctamente, más de 500 millones de llantas podrían ser reutilizadas.
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