Coordenadas Políticas/Martín Aguilar/Donde manda capitán

El 2025 será un año de especial relevancia por el proceso electoral que se desarrollará.

 

La polémica elección de jueces y magistrados, ha entrado en un proceso de conflicto por diversas causas.

 

Una de las principales razones de lo difícil de los comicios judiciales, será la escasez de recursos públicos.

 

Originalmente, el Instituto Nacional Electoral (INE) solicitó 13 mil 205 millones de pesos para dicho proceso.

 

Sin embargo, únicamente contará con 6 mil 329 millones de pesos, lo cual le obligará a realizar ajustes en sus proyectos y actividades.

 

Pese a lo anterior, los partidos políticos recibirán 7 mil 354 millones de pesos para 2025, lo que ha generado críticas sobre las prioridades en la asignación de recursos.

 

Las autoridades electorales enfrentan la disyuntiva de organizar un proceso diametralmente mayúsculo en comparación con el electoral 2024.

 

Para la elección de jueces, magistrados y ministros, se elegirán 40% más cargos que durante el proceso de este año eminentemente electoral.

 

Adicionalmente, habrá el doble de boletas por ciudadano, para lo cual se habrán de imprimir 600 millones de papeletas.

 

Es evidente que se trata de un reto la organización de la elección judicial, y sobre todo, llevarla a una culminación eficaz.

 

Porque además, de manera paralela a que se votará por los juzgadores, habrá elecciones partidistas en Durango y Veracruz.

 

En la jornada electoral del 1 de junio del 2025, también se renovará a los titulares de 39 municipios de Durango y de 212 de Veracruz, además de sindicaturas y regidurías.

 

Cada entidad federativa, tendrá su propio proceso electoral judicial, donde se supone que no participarán los partidos políticos.

 

Sin duda, habrá una fiebre electoral en todo el país, para un proceso del que no se tiene certidumbre de su viabilidad o éxito.

 

Pero de entrada si hay fallas, el gran responsable será el gobierno, toda vez que ha sido el principal freno para destinar recursos suficientes para concretar dicha elección.

 

La elección de aspirantes a jueces, magistrados y ministros a modo, no augura nada bueno para la impartición de la justicia.

 

La carencia de filtros, desde la formación académica, experiencia y capacidad, serán el pretexto ideal para imponer a candidatos en calidad de cuota o "cuates".

 

En consecuencia, si hay jueces a modo, habrá justicia a modo. No hay un camino diferente o alterno. 


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