La orden de un tribunal federal para reponer el proceso que mantiene en prisión al exjefe delegacional en Benito Juárez Christian von Roehrich por presunta corrupción inmobiliaria tiene a la 4T con los pelos de punta.
Quien fuera líder del PAN en el Congreso de la Ciudad de México permanece preso desde el año pasado en el Reclusorio Norte de la capital, acusado de adjudicar ilegalmente contratos por un monto de 17.5 millones de pesos.
Pero el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Penal opinó que, durante la audiencia del 4 de julio de 2023, la jueza del caso procesó a Von Roehrich sin justificar que los datos en su contra sustenten el delito que se le imputa.
Los magistrados concluyeron que se violó el derecho del acusado a defenderse, por lo que el proceso deberá reponerse para que se dicte una nueva resolución. Eso no significa que vaya a obtener su libertad inmediata, pero sí le da una esperanza.
Por supuesto que en Morena caló hondo la noticia y, por conducto de Xóchitl Bravo, su coordinadora en Donceles, aseguró que el fallo vulnera los derechos de las víctimas afectadas por ese escándalo de corrupción.
"Resulta indignante conocer esta decisión de proteger a delincuentes de cuello blanco. El hecho de que las juezas y los jueces emitan resoluciones contrarias al interés popular o que dificulten el acceso a la justicia para las víctimas es preocupante", dijo.
¿Si la resolución del tribunal no significa que Christian salga, y mucho menos que sea declarado inocente, por qué a Morena le molesta tanto que haya ganado una pequeña batalla judicial?
La razón es sencilla: si el exjefe delegacional logra, al menos, que le cambien la medida cautelar, para que lleve su juicio en libertad o en prisión domiciliaria, se caerá el mito del Cártel Inmobiliario del PAN.
Porque, si bien hay otros panistas en la cárcel acusados del mimo delito, son personajes muy menores; la figura emblemática para el discurso de corrupción contra los suspiritos azules es Von Roehrich.
Es decir, que la narrativa de la 4T de acusar al grupo dominante del PAN de representar a un cártel dedicado a negocios corruptos, sobre todo en la alcaldía Benito Juárez, sufriría un buen golpe, pues la versión quedaría debilitada.
Los morenistas ya no podrían seguir utilizando ese tema como bandera política; al menos no entre quienes no simpatizan con ellos y que, a pesar de eso, ponían en duda la honestidad de los albiazules.
Un fracaso de la Fiscalía de Justicia de la CDMX en este caso también le vendría de lujo al diputado Jorge Romero, flamante líder nacional del PAN, que podría iniciar una campaña para limpiar el nombre de su equipo, que es al que relacionan con la corrupción.
Mucho se dijo que había un acuerdo para que los panistas le bajaran a sus críticas contra el nuevo gobierno de la 4T a cambio de que Christian pudiera obtener prisión domiciliaria en octubre pasado; efectivamente, el partido le bajó de volumen, pero su compañero sigue preso.
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