Coordenadas Políticas/Martín Aguilar/Nadie sabe para quien trabaja

Todo el mundo coincide en la urgencia de echar del Metro a Guillermo Calderón, pues los fallos en el principal sistema de transporte de la capital del país tienen a los usuarios al borde de la desesperación.

 

Y no es que Calderón sea mala persona —de hecho dicen que es todo un caballero—, pero en el tiempo que lleva en el STC ha mostrado una absoluta incompetencia.

 

Se sabe que él mismo ha pedido su salida, pero los atrasos de la empresa china CRRC Zhuzhou Locomotive en la remodelación de la Línea 1, que incluso motivó penalizaciones por mil 500 millones de pesos por parte del gobierno capitalino, han frenado su salida.

 

Por haber incumplido con la entrega a tiempo de trenes —entre otras cosas—, los chinos habían sido sancionados, pero Clarita Brugada intervino para que sus diputados firmaran una extensión del plazo de entrega; las multas desaparecieron.

 

Con todo y eso, los asiáticos no están seguros de cumplir a tiempo, y se niegan a tratar el tema con alguien que no sea don Guillermo, porque a él ya le agarraron el modo, y comprende bien eso de los atrasos.

 

Los chinos ya están enterados de que Calderón será removido, y que en su lugar llegará el exalcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, pero pidieron retrasar un poco el cambio, y se los concedieron.

 

La fecha para que el Metro tuviera nuevo director era el 1 de marzo, pero las presiones de CRRC obligaron a Clarita a moverla para el 1 de abril.

 

 

Todo el mundo se pregunta por qué tantas consideraciones a la empresa china, pues a pesar de que ha incumplido el contrato, se le siguen pagando puntualmente más de 2 mil millones de pesos cada año.

 

La respuesta de los que saben, es que ese negocio lo dejó amarrado Florencia Serranía antes de deslindarse de la dirección del Metro, cargo que abandonó cuando se le vino abajo un tramo de la Línea 12, que dejó decenas de muertos y heridos.

 

Dicen que la exfuncionaria siempre ha gustado de combinar sus actividades empresariales con las de funcionaria pública. Además, es muy cercana al expresidente Andrés Manuel López Obrador, y por eso nadie la ha tocado… ni lo harán.

 

Es vox populi que Florencia está metida en el negocio con los chinos, por lo que seguirán siendo consentidazos, sin importar quién llegue a la Dirección General del Sistema de Transporte Colectivo.

 

Independientemente de todo ello, urge el relevo en el Metro porque las fallas en el servicio son cada vez más constantes y, aunque los usuarios parecieran resignados, la molestia va creciendo y en una de esas se desborda.

 

Además, los chinos podrán ser muy influyentes ante Clarita, pero como jefa de Gobierno ella tiene que priorizar a los ciudadanos, que son quienes le pagan y a quienes se debe. 


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